12 Jul Cómo escoger una cuerda de escalada
¡La cuerda es tu salvavidas!
Para todos los apasionados de la escalada deportiva, la cuerda es nuestra mejor amiga. ¿Quien seríamos sin ella? La cuerda nos permite arriesgar, buscar nuestro límite en la escalada sin tener que sufrir por la integridad de nuestro cuerpo. La cuerda es quien nos permite volar, dejar de lado el miedo a perder la vida y disfrutar como niños de una larga caída después de una dura lucha. Con una buena elección, un uso correcto de ella y un buen mantenimiento, la misma cuerda nos acompañará durante mucho tiempo en nuestras jornadas de escalada.
Imagen de Gerard Artal Photography.
¿Qué hay que buscar en una cuerda?
Como en todo el material, el gusto personal influirá en la cuerda ideal para cada escalador. Diferentes marcas fabrican cuerdas de diferentes características, pero un aspecto en común en todas ellas y fundamental para nuestra compra del producto es su homologación. Dado que se trata de material de seguridad y de él depende nuestra vida, cualquier cuerda que usemos deberá ser homologada, para el uso que nosotros queremos darle, por la Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo (UIAA).
Debemos utilizar cuerdas homologadas.
La cuerda que usemos para realizar escalada deportiva deberá ser una cuerda dinámica y homologada como cuerda simple. ¿Y esto que quiere decir?
Características de las cuerdas de escalada
Las cuerdas dinámicas se caracterizan por reducir al máximo el impacto transmitido al escalador en el momento de detención de una caída. Por esta razón, este tipo de cuerda aumenta su longitud en el momento en el que se aplica una tensión sobre ella, producida por la caída del escalador. Así, absorbe gran cantidad de energía, haciendo mucho más suave el tirón sobre el sujeto.
Las cuerdas dinámicas ofrecen caídas más suaves.
Las cuerdas simples son aquellas cuerdas preparadas para escalar con una sola cuerda y son altamente resistentes a las tensiones provocadas por el peso del escalador. Generalmente, su diámetro se encuentra entre los 9mm y los 11mm, aunque la tendencia es reducir cada vez más los diámetros para potenciar la ligereza del escalador y facilitar así sus movimientos en todo momento. Hoy en día, ya se pueden encontrar cuerdas de menos de 9mm que pueden ser usadas en simple, mientras que las cuerdas de diámetro superior a los 10mm van desapareciendo del mercado, debido a su elevado peso y engorroso manejo.
En relación a los diámetros, no hay una regla sobre cual es el diámetro perfecto. Esto dependerá del tipo de escalada a practicar y de la experiencia del escalador. Diámetros de 10mm o más, son recomendados para todas las personas que se inician a la escalada: será más fácil y seguro su uso con cualquier tipo de sistema de aseguramiento. Las cuerdas más finas, de 8,7 a 9,2mm, son muy ligeras y son recomendadas para escaladores expertos, donde el peso puede influir en el rendimiento del escalador y marcar la diferencia entre el éxito y la derrota. Por otro lado, estas cuerdas tan delgadas generalmente también se deterioran antes y requieren de mucha experiencia en el aseguramiento. La categoría de diámetros intermedios, generalmente, representa un compromiso entre un mayor rendimiento y una larga durabilidad de la cuerda.
Debes escoger el diámetro que te ofrezca el equilibrio adecuado.
A pesar de que todas las cuerdas homologadas son seguras, una cuerda de mayor diámetro presentará, generalmente, una mayor seguridad, sobretodo en caídas donde la cuerda puede ser cortada por cantos afilados. Deberás encontrar tu equilibrio ideal.
Por último, pero no menos importante, nos falta ¡la longitud de la cuerda! En función de las zonas de escalada que solemos frecuentar i el estilo de escalada que más practicamos, elegiremos una longitud u otra. En el mercado, puedes encontrar diferentes longitudes, desde los 25m hasta los 100m. Las cuerdas de menos de 50m están generalmente pensadas para escalada en rocódromo, donde la altitud de las vías es generalmente reducida. Para escalar en roca, la medida mínima recomendable es de 70m, permitiendo tener acceso a la mayoría de las vías y sectores de escalada deportiva sin problemas. Vías con una longitud superior a los 35 metros y sin reunión intermedia no suelen ser comunes. A pesar de ello, existen zonas con vías de escalada de continuidad, que poseen vías más largas, y donde será necesario llevar una cuerda de 80 a 100m.
Mantenimiento
Se recomienda guardar la cuerda en un lugar fresco y seco, la humedad y el calor aumentan la velocidad de deterioro de la cuerda. También lo hace la luz directa, la cual afecta a la elasticidad de la cuerda y así, también, a su resistencia.
La durabilidad de la cuerda depende de nuestro mantenimiento.
Además, es realmente recomendable mantener la cuerda tan libre de polvo como sea posible. Para ello, usaremos una funda para la cuerda a pie de vías i la cepillaremos de vez en cuando para quitarle el polvo incrustado. Las partículas de polvo facilitan la degradación de la cuerda con su uso.
Finalmente, es recomendable escalar cada “pegue” con un lado distinto de la cuerda, para dejar que esta recupere su elasticidad y ralentizar su desgaste.
Seguridad
Debes revisar siempre la cuerda. Como muchos otros materiales de escalada, el simple check visual no garantiza el buen estado de la cuerda. El alma de la cuerda, que ofrece gran parte de la resistencia de ésta (generalmente blanca) está escondida por la camisa, la parte colorada y exterior de la cuerda. Es importante notar con el tacto la consistencia de la cuerda para asegurarse que el alma no esté demasiado deteriorada.
También serán buenas ideas marcar el centro de la cuerda con un rotulador especial para cuerdas, o hacer un nudo al final de ésta, para evitar la caída del escalador al suelo, en caso de estar usando una cuerda demasiado corta para el recorrido de la vía.
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